Es un pequeño paso para la gastronomía, pero un gran paso para liberar mis trabas personales.
Llegué con hambre. Avancé hasta la cocina -que costó carísima, a pesar de ser “de las baratitas”- abrí el refri y saqué jamón, queso, tortillas, una lata de chiles y unas lechugas. Coloqué un sartén a manera de comal, junté los ingredientes todos en el espacio insondable que existe entre dos tortillas. Calenté un poco mi sincronizada hasta que el queso se derritió, y la serví en un plato donde previamente había acomodado las lechuguitas.
Listo. Un paso gigantesco en mi vida personal: finalmente había “cocinado” algo.
(Qué estupidez, dirán los lectores -y más aún, los nuevos del blog de fotos. Pues no están ustedes para saberlo, pero jamás en mi vida había cocinado nada a ese nivel de complejidad por mi propio gusto, aunque los primeros 20 años de mi vida pasaron alrededor de la cocina.
Mi madre, verdadera héroe de leyenda, sacó adelante a sus seis hijitos explotando al máximo sus cualidades culinarias -y físicas (mis hermanos y yo somos, cual pollos en mole, productos de la sazón). Todos estos años la cocina fue una obligación que había que cumplir. Por tanto, para mí cocinar es una actividad que hoy puedo evitar -ya sea mediante unas quesadillas o un restaurante).
Total, que ayer todo eso comenzó a cambiar. Mi acercamiento a la cocina es a mi historia personal como el descubrimiento de las herramientas al humano. Ya encarrerado, decidí también comenzar a escribir con un poco más de soltura, sin tratar de pontificar como suelo hacerlo desde Básico FM.
Repito: un pequeño paso para el blogger, pero un gran paso para elagus.
buenas tardes. madrugadas, o noches espero que no les moleste q ls escriba sdoasd